Capítulo 5

Esta publicación es parte de una serie de reflexiones personales (blogs) sobre el Mes de la Herencia Hispana. Para leer la reflexión anterior en esta serie, vaya a la siguiente página.

A medida que el Mes de la Herencia Hispana llega a su final, quiero dejarles algunas reflexiones finales sobre identidad y diversidad. 

A lo largo de mi vida y mi carrera, mis pensamientos sobre identidad han evolucionado, gracias, en parte a la mezcla diversa de investigación sobre políticas en las que he tenido el honor de participar, los maravillosos colegas de investigación con los que he tenido la fortuna de trabajar y aprender, y mis familiares y amigos cuyo apoyo y amor han estado presentes cuando más los necesitaba. Creo que si nuestro destino es ser una sociedad que abrace la dignidad y los derechos humanos, debemos celebrar a las personas en la totalidad y variedad de su composición cultural.

Asimismo, debemos reconocer y valorar la diversidad dentro de los grupos. No somos monolíticos en nuestra identidad. Los hispanos pueden ser católicos, evangélicos o musulmanes; hombres, mujeres o de algún otro género; pobres, clase media, ricos; y sí, monolingües, bilingües o multilingües. Cada vez más somos un país de una mezcla de razas y grupos étnicos, y me encanta este aspecto sobre nosotros. Además de ser latino, me enorgullece grandemente ser padre, abuelo, esposo y amigo, así como también, estadístico, investigador sobre políticas, fotógrafo y maestro de la parrilla.

Dondequiera que miro hay muchas otras voces latinas que se escuchan y se aprecian. Las personas menores de 40 años, un grupo compuesto principalmente de milénicos y personas más jóvenes, definirán el futuro de la identidad latina. Estas personas constituyen ahora la mayoría de la población latina.

Y hay alguna evidencia de que ya está tomando forma. Al igual que los jóvenes latinos adoptaron los términos chicano y mestizo en la década de 1970, los milénicos latinos de la actualidad se sienten atraídos al término latinx que es de género neutral. Y en otras generaciones, quién sabe qué nuevos términos ayudarán a los latinos a describir quiénes son.

Y aún todavía mi propio recorrido de identidad continúa, aunque ya me considero un viejito. Llegar a la Oficina del Censo de los EE. UU. como director de la agencia federal de estadísticas más grande de los EE. UU. impulsó mi recorrido de identidad de maneras que nunca había imaginado. Traigo todo mi ser a esta función de liderazgo y lo uso para impulsar la excelencia en todo lo que hago en la Oficina del Censo. Como funcionario público y como latino, he comenzado a hacer declaraciones oficiales públicas en español. Es un desafío, pero también es una labor de amor, como todas las cosas que hago. Supongo que, de alguna manera, todavía soy un poco como cuando tenía cuatro años, arriesgándome ahora en mi nuevo jardín, pero todo con el espíritu de aprender y ayudar.

De modo que, durante este Mes de la Herencia Hispana, acompáñenme a celebrar la riqueza de diversidad y la cultura de las múltiples poblaciones latinas con las que ha sido dotado nuestro país. Creo que nuestra diversidad colectiva –latina o de otro tipo– hace que nuestro país sea más fuerte y más especial. Tomemos nuestros propios recorridos de identidad y crezcamos en las sendas que hemos elegido. Todos seremos mejores seres humanos debido a esto.